Las noticias no son nada halagüeñas: de las 210 grandes presas reconocidas en el país, 76 se encuentran por debajo del 30 por ciento de su capacidad, éste último valor es el que se considera como el umbral para declarar una posible crisis del almacenamiento de la presa correspondiente. En menos de un año aumentaron 45 de las presas, pues en enero de 2023 sólo eran 31 en alcanzar ese nivel de almacenamiento.
Muchas de las presas del país son la fuente de agua para los sistemas de agua potable en las ciudades más importantes del país. El sistema Cutzamala abastece del 25 % del agua potable que se consume en la Ciudad de México, según la titular del Organismo de Cuenca de Aguas del Valle de México (Ocavm), Citlalli Peraza.
El Cutzamala obtiene el agua de tres presas, principalmente: dos que se encuentran en el Estado de México, Villa Victoria y Valle de Bravo, y una en Michoacán, la Presa Del Bosque, sin ser estas, las únicas.
El mismo Ocavm reconoce que el 26 de junio de 2024, como la fecha fatal, El Día Cero en el tema del agua potable para México. Hace siete años, la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en su comunicado del 29 de octubre de 2018, pone la alerta y lo define como ’el día en que el suministro libre de agua termina y el acceso al líquido comienza a ser racionado’, aunque el doctor Manuel Perló, del Instituto de investigaciones de la UNAM, se mostraba escéptico a esta sentencia, que él mismo reconocía, el tiempo nos alcanzó y las consecuencias, de no ocurrir un milagro, como seguramente no ocurrirá, en pocos meses se harán sentir con toda su crudeza.
Salvo las declaraciones triunfalistas del gobierno federal sobre la construcción de presas, sistemas de riego para el campo, no existe un plan cierto para la atención de la crisis hídrica. Lo más destacado son sus dichos en la conferencia matutina del 14 de febrero del presente año: ’los gobiernos de ambos estados (Edomex y CDMX), el Federal y la Conagua trabajan en la reparación de los sistemas dañados y en la perforación de nuevos pozos’, abundó de forma superficial sobre ’un nuevo estudio sobre la existencia de un acuífero en la zona limítrofe del Edomex con Hidalgo’, en las cercanías del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), producto de las aguas residuales que llegan del Valle de México. De forma tal, que no hay la certeza de que el agua sea potable o apta para el consumo humano, ni tampoco hay evidencia de que se estén haciendo las mentadas perforaciones de nuevos pozos.
El problema tiene sus particularidades, para los municipios del oriente del Valle de México, salvo Nezahualcóyotl y Valle de Chalco, dependen de los pozos municipales y, otros, de los sistemas de agua autónomos, donde las poblaciones nativas reclaman la primicia en el aprovechamiento de los pozos de agua potable y el aprovechamiento del cobro por el consumo de la misma, sin que los organismos paraestatales o paramunicipales interfieran en su administración, eso sí, año con año piden recursos para su mantenimiento.
Así que, municipios como Chimalhuacán e Ixtapaluca dependen de la pericia y el buen oficio de los administradores de los organismos de agua potable. Y cuando algo falla, el reclamo y la protesta son necesarios, no hay de otra. Y es así porque los sistemas de estos dos municipios se empezaron a colapsar con la llegada de Morena a las respectivas presidencias municipales.
En el caso de Ixtapaluca, el Organismo de Descentralizado para la Prestación de los Servicios de Agua potable y Saneamiento (OPDAPAS) fue copado por grupos de poder municipales, cada uno con su pedacito de organismo, su director, por un lado; el subdirector, Iván Araujo, por otro, quien realmente dirige; y la Contraloría y Tesorería, ’independientes’, también, aunque esta última con fuerte control desde Texcoco. Las pretensiones municipales y la oratoria 4T acostumbrados, llevaron al recién llegado presidente municipal, el morenista Felipe Arvizu, a declarar a un mes de iniciado su gobierno ’echamos a andar este pozo’, se refería al que se encuentra en la Unidad Habitacional Los Héroes, que desde hace más de 20 años agotó su vida útil y que fue parte del Rancho El Carmen, ’lo que en nueve años no pudieron hacer’, en referencia a los años de gobierno antorchista, dijo que lo resolvieron en menos de un mes, falso, el tanque elevado del pozo quedó muy bonito, bien pintado, pero de ahí no se saca ni una gota de agua.
Esta actitud del OPDAPAS Ixtapaluca le ha valido cierres de importantes avenidas, como la Carretera Federal México-Puebla, las oficinas del organismo, la presidencia municipal. Aquí solo la protesta ciudadana podrá incidir en la negligencia morenista con que se opera el organismo encargado del agua, por donde le busque, no hay otra forma, y que no se culpe a la ciudadanía, la protesta es culpa del gobierno de Felipe Arvizu, cuando asumió la presidencia había problemas con el agua potable, pero la ciudadanía encontraba atención, solución y una respuesta favorable. El ’Día Cero’ en materia de agua potable llegará, fatalmente, pero la falta de agua en este municipio no es la causa, la causa es la mala administración del OPDAPAS.
Su vecino, el populoso municipio de Chimalhuacán, también es pan de cada día la protesta y las muestras de enojo e informidad por la falta de agua potable. La morenista Xóchitl Flores, asumió la presidencia municipal a inicios del 2022, desde semanas antes de su arribo, la edil chimalhuaquense empezó a nombrar a sus directivos, incluido el del Organismo Descentralizado de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento (ODAPAS). Así que, a pagar los ’compromisos de campaña’. Su primer director sólo ’aguantó’, medio año, en ese corto tiempo ya traía un desorden, y le siguió un pariente político de la presidenta municipal, que renunció antes de que terminara el 2022, tumbo tras tumbo, que vio coronado su errático rumbo con la explosión y caída del tanque de agua potable en las inmediaciones de las colonias Vitálico Silva y Tepenepantla, que tenía capacidad para 500, ni tardos ni perezosos los directivos dijeron, al puro estilo 4T, ’fueron los gobiernos anteriores’. La Secretaría de Aguas del Estado de México (antes CAEM) intervino y el veredicto: ’el pozo colapsó por la mala operación’. La crisis del agua no es por el ’día cero’, es por la improvisación y el manejo irresponsable del sistema de agua, el problema se agrava con el año electoral, donde se condiciona la pertenencia a Morena para tener derecho a una pipa de agua, que se la forma de surtirse en las colonias donde falta el vital líquido con el inicio de la administración morenista.
Ítem. La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), campus Chimalhuacán, en circular del 28 de febrero, informó a su comunidad estudiantil y docente la suspensión de clases presenciales, para pasar a la impartición de clases por ’mediación tecnológica’, es decir, clases virtuales, ’derivado de la escasez de agua potable’, mismas que se reanudarán en cuanto se ’restablezca el servicio del vital líquido’. En esta institución se imparte la licenciatura en médico cirujano ¿Cómo se va a enseñar a un estudiante como hacer una intervención quirúrgica de forma virtual? Y todo porque el ODAPAS Chimalhuacán no le abastece agua a una universidad con casi tres mil estudiantes.
Pero este caso es sólo la punta del iceberg, colonias sin agua, escuelas que no tiene el vital líquido, redes descompuestas y sin mantenimiento, tanques que se desploman por falta de conocimiento en su operación, carreteras y avenidas principales cerradas por la falta de atención del ODAPAS y de la misma presidenta municipal.
El día cero llegará, fatalmente, al Valle de México, pero para Ixtapaluca y Chimalhuacán les llegó anticipadamente con dos gobiernos morenistas que prometieron mucho y el agua potable falta por el manejo irresponsable de los organismos encargados. La protesta ciudadana no resolverá el tema de las lluvias y del almacenamiento de las presas, pero si es posible que así, y sólo así, se obligará a los actuales gobernantes y encargados, atender responsablemente la falta agua potable para todos sus conciudadanos. Es cuanto.